top of page

Serie confesiones: «Confieso que he luchado (y lucho) con el perfeccionismo»

Foto del escritor: Azul RamírezAzul Ramírez

Hay pecados que son muy sutiles y dejamos de reconocerlos como tales, al pensar que no son tan «escandalosos» como adulterar o cometer un delito. En mi caso, el Espíritu Santo me mostró que todos los pecados son serios al descubrir que lucho con el perfeccionismo y que, detrás de eso, está el orgullo de creer que «puedo hacer mejor las cosas que Dios» o que «merezco tener aquello por lo que tanto me esfuerzo».


El perfeccionismo se ha visto reflejado en mi vida en muchos aspectos: en mantener un orden en la casa, tener finanzas bien organizadas, planear cada hora de mi día, etc. Estas actitudes, si bien no son incorrectas por sí solas, las he realizado con una motivación que no da gloria a Dios, pues muchas veces quise ser vista como una persona suficiente, que no necesitaba ayuda, que podía con muchas actividades, etc.


Este orgullo en mi corazón me llevó a dejar de reconocer que es por gracia que soy salva de mi vana manera de vivir y que es la gracia de Dios la que me sostiene cada día. Es Jesucristo, quien, sin que yo lo mereciera, dio Su vida por mí y siendo pobre me hizo rica en las herencias celestiales (2 Co 8:9).


Gloria a Dios que me abrió los ojos y me hizo entender que no es por obras que somos salvos, ni aceptos delante de Él, sino por Su pura gracia por medio de la obra de Jesucristo en la cruz. Entonces, como Pablo, oro por no enaltecerme, sino honrar a Dios en mis debilidades para que habite en mí el poder de Cristo.


Ahora soy consciente que «El camino destructivo del perfeccionismo es contrario al evangelio […] Me salvó no porque yo fuera digna sino porque Él es digno. Y ésta es la verdad que me libera de las ataduras del perfeccionismo motivado por las obras, para entonces poder disfrutar de la libertad de vivir en gratitud humilde hacia el Dador de la gracia (Tit 3: 4-8). El Evangelio es el lugar donde muere el perfeccionismo» (Esto lo cambia todo, Jaquelle Crowe).


Con esta reflexión quiero invitarte a orar para que Dios examine tu corazón y lo limpie de todo pecado, aún los más sutiles, y confíes que Él así lo hará por el gran amor que nos tiene.


Diseño: Constanza Figueroa

Comments


  • Facebook
  • White Instagram Icon
© 2024 Ella Florece Internacional
bottom of page