¿Por qué Dios permitió que le sucedieran cosas malas a Job?
- Kyle Minton
- 17 may 2024
- 9 Min. de lectura

Primero, abordemos lo que dice el texto. En Job 1:8-12 y Job 2:3-6, Dios permite que SatanĆ”s pruebe a Job para saber si Ć©l teme a Dios y no lo maldecirĆa; Dios sabe que no lo harĆa. Y realmente, te puedes hacer la pregunta, como se ha hecho durante siglos: "ĀæPor quĆ© Dios permite que le sucedan cosas malas a personas buenas?" o "Si Dios es bueno, entonces Āæpor quĆ© existe el mal en el mundo?" Esta Ćŗltima pregunta ha sido llamada históricamente "El problema del mal". Mi respuesta a esto tiene cuatro puntos, para asĆ tener una visión bĆblica completa sobre esto. Y tal vez esto te sirva bien, como a mĆ, para cuando hables con no creyentes y te hagan preguntas similares.
Pero antes de entrar en la respuesta de cuatro puntos, quiero abordar la idea de que "a la gente buena le suceden cosas malas". No hay gente buena, excepto JesĆŗs, completamente hombre y completamente Dios, por lo que su sacrificio sació la ira de Dios en nombre de la humanidad por todos los que pusieran su fe en Cristo (Romanos 10:9). Pablo cita al salmista en Romanos 3:9-12 para decir que no hay nadie que haga el bien y todos son malos; por lo tanto, Āæalguno de nosotros merece el bien? Incluso en el ejemplo de Job, Ć©l puede haberle sido fiel a Dios constantemente, pero seguĆa siendo un pecador y todavĆa necesitaba un Salvador. "Pero Dios, siendo rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en nuestros pecados, nos dio vida juntamente con Cristo, por gracia sois salvos" (Efesios 2:4-5).
La gente no puede comprender cómo un Dios bueno puede causar o incluso permitir que exista el sufrimiento o el mal. La respuesta estĆ” realmente en 2 partes, ya que podrĆamos considerar que el "mal" y el "sufrimiento" son cosas separadas, pero tienen la misma raĆz.Ā
Primero, hablemos del sufrimiento
A veces Dios envĆa circunstancias terribles (sufrimiento) para que las personas se vuelvan a Ćl y tengan vida eterna. En otras palabras, el juicio en la tierra estĆ” destinado a un bien final. Otras, Dios permite que sucedan circunstancias extremas para mostrar su poder cuando las personas confĆan en Ćl (e incluso en momentos en que no lo buscan ni lo llaman).
Todo sufrimiento es el resultado del pecado, punto. Incluso el sufrimiento de JesĆŗs fue resultado del pecado, aunque por los pecados del mundo, porque Ćl era y es sin pecado (Hebreos 4:15, Hebreos 7:26-27). A veces, sĆ, el sufrimiento es un resultado directo de nuestro pecado en esta tierra con consecuencias reales para que nos alejemos del pecado. Y otras veces, el sufrimiento puede no ser el resultado de una persona que camina activamente en pecado, sino simplemente una repercusión de vivir en este mundo que estĆ” maldito a causa de la caĆda. Todo sufrimiento, enfermedad, dolor, etc. nos recuerda nuestra fragilidad, que moriremos y nos encontraremos con Dios. Sirve como un recordatorio de que vivimos en un mundo caĆdo a causa del pecado y que nosotros tambiĆ©n tenemos pecados que solo pueden ser limpiados por la sangre de JesĆŗs. Por lo tanto, incluso en nuestro sufrimiento, tambiĆ©n los creyentes estĆ”n llamados a recordar el Evangelio. Puedes ser sanado de ese sufrimiento en el ahora, pero puede ser que no tambiĆ©n. La verdadera sanidad en la que debemos poner nuestros ojos es la sanidad a la que Pedro se refiere en 1 Pedro 2:24-25; Ć©l habla de la sanidad en nuestra relación con Dios que solo fue posible porque Cristo llevó nuestros pecados en su cuerpo en el madero. Recuerda tu estado pecaminoso y la vida eterna que Cristo ha comprado para ti. Y si estĆ”s genuinamente en Cristo, entonces permanecerĆ”s en Ćl porque JesĆŗs mismo te guardarĆ”.
En Job, vemos a Dios permitiendo que él pase por una prueba. En el Salmo 105:16-17, vemos a Dios convocando una hambruna y enviando a José a Egipto como esclavo. Estos son dos ejemplos de Dios permitiendo o causando aflicción y prueba a Su pueblo. Sabemos en estos dos ejemplos que Dios finalmente trajo una bendición asombrosa a estos dos hombres y también a muchas otras personas. Debes tomar de estos ejemplos, junto con muchos otros en la Biblia, que Dios es soberano.
Ahora, el objetivo de que Dios nos dĆ© una prueba es vernos superarla. Ćl es el Maestro que quiere que crezcamos y que veamos lo lejos que hemos crecido. ĀæCómo lo sabemos? ...
IsaĆas 30:20-22
Salmos 119:67
Juan 15:1-8
Santiago 1:2-4, 11
Hebreos 12:6
El malĀ
El mal, por otro lado, es el resultado de la condición humana (ya que Dios no tienta Santiago 1:13). El libre albedrĆo debe existir para que el amor por Dios sea autĆ©ntico. De lo contrario, las personas solo estĆ”n haciendo lo que estĆ”n programadas para hacer (como los robots). Y uno podrĆa preguntarse: "ĀæPor quĆ© Dios no simplemente 'programarĆa' a todos para que creyeran y lo amaran?" Y yo dirĆa que estamos programados para adorarlo, ese es nuestro propósito (IsaĆas 43:7,21). Pero en nuestro libre albedrĆo, podemos elegir o noa Dios, asĆ que lo hacemos. Y asĆ es como el libre albedrĆo y la soberanĆa de Dios son cohesivos (y me atrevo a decir, Āænecesarios?). Dios da el libre albedrĆo para elegirlo o no, sin embargo, Ćl conoce cada decisión de nosotros y Ćl elige soberanamente dar vida eterna a quien quiera sabiendo exactamente lo que harĆ”n en cualquier conjunto de circunstancias, y lo usa todo para Su gloria. Para decirlo de otra manera, antes de la fundación del mundo, Dios sabĆa quiĆ©n estarĆa en Ćl; por lo tanto, eligió libremente crear este mundo tal como es, con pecadores y santos para sus buenos propósitos y Su gloria.Ā
Veamos Mateo 25:33-34, Romanos 9:10-24 y Efesios 1:3-14.Ā
"Y pondrĆ” las ovejas a Su derecha y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirĆ” a los de Su derecha: āVengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo."Ā Mateo 25:33-34Ā
"Y no solo esto, sino que tambiĆ©n Rebeca concibió mellizos de uno, nuestro padre Isaac. Porque cuando aĆŗn los mellizos no habĆan nacido, y no habĆan hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a Su elección permaneciera, no por las obras, sino por Aquel que llama, se le dijo a Rebeca: Ā«El mayor servirĆ” al menorĀ». Tal como estĆ” escrito: Ā«A Jacob amĆ©, pero a EsaĆŗ aborrecĆĀ». ĀæQuĆ© diremos entonces? ĀæQuĆ© hay injusticia en Dios? Ā”De ningĆŗn modo! Porque Ćl dice a MoisĆ©s: Ā«TendrĆ© misericordia del que Yo tenga misericordia, y tendrĆ© compasión del que Yo tenga compasiónĀ». AsĆ que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Ā«Para esto mismo te he levantado, para demostrar Mi poder en ti, y para que Mi nombre sea proclamado por toda la tierraĀ». AsĆ que Dios tiene misericordia, del que quiere y al que quiere endurece. Me dirĆ”s entonces: «¿Por quĆ©, pues, todavĆa reprocha Dios? Porque ĀæquiĆ©n resiste a Su voluntad?Ā». Al contrario, ĀæquiĆ©n eres tĆŗ, oh hombre, que le contestas a Dios? ĀæDirĆ” acaso el objeto modelado al que lo modela: Ā«Por quĆ© me hiciste asĆ?Ā». ĀæO no tiene el alfarero derecho sobre el barro de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y otro para uso ordinario? ĀæY quĆ©, si Dios, aunque dispuesto a demostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? Lo hizo para dar a conocer las riquezas de Su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano Ćl preparó para gloria, es decir, nosotros, a quienes tambiĆ©n llamó, no solo de entre los judĆos, sino tambiĆ©n de entre los gentiles. Romanos 9:10-24
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro SeƱor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuĆ©ramos santos y sin mancha delante de Ćl. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sĆ mediante Jesucristo, conforme a la buena intención de Su voluntad, para alabanza de la gloria de Su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En Ćl tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados segĆŗn las riquezas de Su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabidurĆa y discernimiento nos dio a conocer el misterio de Su voluntad, segĆŗn la buena intención que se propuso en Cristo, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que estĆ”n en los cielos, como las que estĆ”n en la tierra. TambiĆ©n en Ćl hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados segĆŗn el propósito de Aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de Su voluntad, a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de Su gloria. En Ćl tambiĆ©n ustedes, despuĆ©s de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de su salvación, y habiendo creĆdo, fueron sellados en Ćl con el EspĆritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantĆa de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de Su gloria." Efesios 1:3-14
Ver tambiĆ©n cómo Dios dice: "Buscad el bien, y no el mal, para que vivas; y asĆ el SeƱor, Dios de los ejĆ©rcitos, estarĆ” contigo, como has dicho. Odia el mal y ama el bien..." Amós 5:14-15a. No solo eso, sino que Dios ilumina los corazones y las mentes de aquellos que creen genuinamente. AsĆ es tambiĆ©n como Dios desea que todos le crean y le amen, pero no es asĆ. Por lo tanto, el mal existe porque existe el libre albedrĆo, y el libre albedrĆo debe existir hasta cierto punto porque Dios no puede hacer el mal, y para quĆ© amar a Dios sea genuino, no puede ser solo porque uno amor forzado o "programado". Dios crea personas que sabe que nunca creerĆan en Ćl porque su mera existencia empujarĆ” a otros mĆ”s cerca de Ćl, o como dice Pablo en Romanos 9, que los vasos inmundos serĆ”n usados para la gloria de Dios. Por lo tanto, Dios permite que exista el mal para sus posibles creyentes, para el bien supremo y su gloria.Ā
AdemĆ”s, el hecho mismo de que alguien diga que existe el "mal" es de hecho una acusación contra el ateĆsmo. La oscuridad es la ausencia de luz. El mal es la ausencia del bien. Por lo tanto, si hay un bien, entonces debe haber una realidad Ćŗltima de "bondad" de la que incluso derivemos de quĆ© es "bien". Y lo mismo ocurre con la "justicia" y el "amor" y la "verdad" y cualquier otro sentido de la moralidad. Estos conceptos no fueron inventados por el hombre. No, son principios y atributos eternos de Dios. Mientras Dios exista, tambiĆ©n existirĆ”n los atributos de Dios. Y asĆ, cuando vemos la falta de Dios en el mundo, en las personas, vemos el mal, porque asĆ como la oscuridad es cientĆficamente la ausencia de luz, tambiĆ©n el mal es la ausencia de bondad. Y este es el Ćŗnico argumento que C.S. Lewis atribuye a su verdadera creencia en Cristo. Mira Romanos 1:16-23 para ver esta realidad del poder eterno de Dios y su naturaleza divina siempre estando claramente presente en lo que Dios ha creado. AdemĆ”s, esta noción de "bien y mal" y "verdad y justicia" estĆ” escrita en nuestros corazones. Ver Romanos 2:12-16 y Hebreos 8:10.Ā
Cristo satisface la justicia de Dios
Por Ćŗltimo, Dios ordenó que existiera el sufrimiento para que Cristo pudiera sufrir por los pecados del mundo. El sufrimiento es el medio mismo por el cual se satisface la justicia de Dios. Si Dios se arrepintiera de su ira, entonces no serĆa bueno ni justo. Pero no, en su gracia y bondadosa misericordia, Dios no nos da lo que merecemos y nos da su justicia y vida eterna en Ć©l. Este es el Evangelio.
Por lo tanto, el sufrimiento y el mal solo existen porque Dios lo envĆa o lo permite, y tanto el sufrimiento como el mal estĆ”n destinados a promulgar el juicio de Dios y hacer que los pecadores lo conozcan. En Ćŗltima instancia, el sufrimiento tenĆa que existir para que Dios pudiera morir en una cruz y resucitar por nuestros pecados. La soberanĆa de Dios sobre todas las cosas, incluso el mal y el sufrimiento, es perfecta, completa y lo glorifica.Ā El mal no es bonito, el mal no es glorificar a Dios en la superficie, Ā”pero incluso los vasos inmundos son usados por Dios para que algunos puedan ser salvos! Mira tambiĆ©n IsaĆas 54:16-17.
Aunque parezca que los malvados prosperan, y a veces realmente lo hacen en el ahora, el salmista comparte este sentimiento hasta que considera su fin, que es la separación eterna de Dios (ver Salmo 73). El mal no quedarÔ impune. Nuestro castigo se satisface en la obra de Cristo, o para aquellos que no creen, la persona malvada incurrirÔ en la ira de Dios por la eternidad. Dios no se deleita con el malhechor y proveerÔ justicia para el justo.
Debemos andar con cuidado para hacer esta pregunta sobre el "problema del mal", no sea que digamos en nuestros corazones tal abominación al SeƱor: "ĀæDónde estĆ” Dios?" En lugar de eso, afĆ©rrate a estas verdades en la Palabra de Dios: Dios vindicarĆ”. El mal serĆ” vencido. JesĆŗs ha vencido al mundo. Ver Juan 16:33, Proverbios 11:21 y MalaquĆas 2:17.
