Por Anabel Vargas
La navidad siempre ha sido mi época favorita, no solo por las luces, los regalos, la decoración hermosa que vemos en todas partes y la buena comida, sino por las tradiciones que unen a la familia, que nos regalan abrazos de grandes amigos y que nos permiten sentir la llamada “magia” de la navidad.
Pero, la navidad no es solo sobre eso. La navidad se trata sobre algo mucho más grande y significativo que solo lo hermosas que pueden ser las últimas semanas del año. Se trata del nacimiento de la única esperanza de salvación y redención que vino a convertirse en nuestro mayor regalo. Se trata de Dios enviando a su hijo a traer shalom. Shalom quiere decir paz y reconciliación, ¡qué maravilloso e invaluable regalo!
“Y vino y anunció paz a ustedes que estaban lejos, y paz a los que estaban cerca. Porque por medio de Cristo los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu”. Efesios 2:17-18
La verdadera razón para celebrar
Si eres de los que aman la navidad y ponen el árbol en casa desde octubre (me declaro culpable) entonces, te invito a recordar la verdadera razón por la que celebramos. Navidad no es una fecha en el calendario, es un recordatorio de un acontecimiento que sucedió para cambiar la historia de toda la humanidad.
Sí, es bueno que disfrutemos las luces, la comida y el tiempo compartido con gente amada, pero aprovechemos la época para recordar a Jesús y apuntar a los demás a Él.
“Recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo”. Efesios 2:12,13
Cristo es la única esperanza y la fuente de eterno gozo
La navidad no es para todos tan brillante, para algunos es una época triste porque falta alguien amado en la mesa, o porque nos sentimos vacíos y solos cuando se supone que debemos sentir una “magia” que probablemente muy pocas veces hemos experimentado. Quizás, sí disfrutamos la navidad, pero para nosotros no es más que una época de escape en la que rompemos nuestras rutinas y solo “disfrutamos el momento”, sabiendo que en enero volveremos a una realidad que no nos emociona tanto.
Si eres de los que pasan una navidad más difícil, quiero recordarte que Cristo es nuestra esperanza. No necesitas sentir una gran euforia por colgar las luces o comprar los regalos, pero sí necesitas recordar que Dios tiene para ti el mejor de todos los regalos: Él mismo. (Mateo 1:23) Abraza esta verdad y permite que nuestro buen Padre traiga verdadero y eterno gozo a tu corazón a través de Cristo.
“El pueblo que andaba en tinieblas
Ha visto gran luz;
A los que habitaban en tierra de sombra de muerte,
La luz ha resplandecido sobre ellos.
Multiplicaste la nación,
Aumentaste su alegría.
Se alegran en Tu presencia
Como con la alegría de la cosecha,
Como se regocijan los hombres cuando se reparten el botín.
Porque Tú quebrarás el yugo de su carga, el báculo de sus hombros,
Y la vara de su opresor, como en la batalla de Madián.” Isaías 9:2-4
Seguro que si ves las noticias tu corazón se llena de aflicción y de tristeza al entender lo dañado que está el mundo: hay enfermedades, caos, contiendas, hijos que se rebelan contra sus padres, personas autolesionándose y una celebración vehemente y constante de la inmoralidad. El pecado está presente y cada día es más visible.
Hermana, no existe tal cosa como “magia de navidad”, no es un mes en el año lo que trae alegría y esperanza o nos hace personas más amorosas y generosas. ¡Tenemos algo mejor!: a través de Jesús, Dios nos ha dado el mayor regalo que podemos recibir. En Cristo ya no hay separación entre nosotros y Dios. En Cristo, tenemos la esperanza de que el mundo roto y lleno de pecado será restaurado cuando Él vuelva otra vez y reine en toda la tierra. ¡Aprovechemos la navidad para recordarle a nuestras almas esta verdad!
Hay muchas formas prácticas de mantener a Cristo como el centro en esta época: En lugar de decir “felices fiestas” di “feliz navidad” (así recordamos que la razón de la celebración es el nacimiento de Jesús), usa tags con los nombres de Dios o los frutos del espíritu para decorar tu árbol, practica la generosidad, comparte versículos bíblicos con tus amigos, no dejes de cantar alabanzas y orar en las reuniones familiares…son detalles simples pero significativos. Demos nuestro mayor esfuerzo para que todo el que no conoce a Jesús pueda recibir, igual que nosotras, el mejor regalo de la navidad: la salvación a través de Cristo.
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Acerca de la autora:
Anabel anhela vivir Coram Deo, haciendo a Cristo su tesoro en cada área de su vida. Tiene una gran pasión por plasmar en papel lo que Dios va moldeando en su alma y compartirlo para gloria de Dios y bendición de su iglesia. Le encanta ver fotos viejas en días de lluvia y tomarse un buen café mientras conversa con amigos. Actualmente, sirve en su iglesia local en Mao, Valverde, República Dominicana.